UNA NAVIDAD DIFERENTE

¡Buenos días a todos y a todas!

Como reza la canción popular "esta noche es Nochebuena y mañana Navidad!". 

¿Qué tal lo lleváis? ¿Ya estáis preparados para la que se avecina?

Yo este año voy a vivir unas navidades bastante diferentes a lo que estoy acostumbrada. Pero la verdad es que no me pesa, todo lo contrario... ¡no sabéis cuanto me apetece!

Muchas veces los cambios nos incomodan, nos provocan miedo, incertidumbre, rechazo porque hacen que se tambalee el orden de lo establecido... 

Este año se han dado una serie de circunstancias que han provocado que estas navidades sean distintas, así que asumo los cambios como una oportunidad que se me ha dado para hacer las cosas de forma diferente y creo que más positiva para lo que realmente me importa: las personas que aportan valor a mi día a día.

Desde pequeña siempre me ha encantado la Navidad. Esta época del año es una de mis preferidas y siempre la he vivido con la misma ilusión que una chiquilla! Pero un tiempo atrás este sentimiento tan bonito se veía de alguna manera enturbiado por la frustración de no poder estar en todos los sitios, de no poder complacer a todo el mundo.  Y es que al final tienes que darte cuenta y asumir que nunca llueve a gusto de todos y que siempre, siempre, aunque intentes hacer las cosas de la mejor forma posible habrá alguien que no estará de acuerdo. Esto es así.

Así que si, no me importa gritar a los cuatro vientos que este año he sido egoísta como nunca jamás en mi vida lo había sido y he apostado por, tal y como aconseja Silvia de Fresh & Wood en este post, aportar valor a las cosas que realmente lo tienen, a darle el espacio y la importancia que se merecen y a aprender a desprenderme de aquello negativo que hace que se forme cierta niebla en mi vida.

Con lo cual, como persona extremadamente detallista que soy, este año me he centrado en cuidar y mimar todos los preparativos relacionados con estas fechas. Creo que llevo desde antes de diciembre pensando en las postales de Navidad, en la decoración de la mesa, en que voy a preparar para comer, en que regalos voy a hacer y como los voy a envolver... he centrado todas mis energías en esto y en compartir y disfrutar de lo que verdaderamente me importa y olvidarme de ciertas cargas que no me hacen nada de bien.

Así que estoy deseando que llegue mañana para dedicar el tiempo que sea necesario para vestir nuestra mesa bonita (he comprado ramas de abeto y un centro de mesa precioso), preparar la comida sin prisa, sentir el calor de nuestro hogar, el "silencio" de nuestras voces, escuchar las canciones de Michael Bublé de fondo, tomarnos una copa de vino mientras abrimos tranquilamente los regalos y observamos con detenimiento las caras que ponemos al abrirlos, estar con nuestras chicas... 

Así que os deseo a todos que disfrutéis de los pequeños detalles, de las caras de ilusión de los más pequeños (y de los no tan pequeños), que brindéis, riáis, bailéis, soñéis... pero sobretodo y ante todo, que nunca perdáis la ilusión y que seáis muy felices.

Yo voy a guardar este pequeño cascabel que me ha regalado mi amiga Raquel como si fuese un tesoro para recordar siempre que "aunque a veces nos encontramos contratiempos por el camino, siempre tenemos que recordar el sonido del cascabel de la Navidad, con tal de que nos haga mantener la ilusión viva durante todo el año".

Si no ocurre ningún contratiempo, nos leemos el lunes para desearnos un feliz año nuevo. Porque señores, aquí en Cataluña el viernes es fiesta, así que no hay post! 

Un abrazo enorme,