3.10.14

MERCADOR GUEST HOUSE

¡Buenos días a todos y a todas!

¿Qué tal? ¿Cómo ha transcurrido la semana?

Hoy os quería hablar de un sitio muy especial: Mercador Guest House, el lugar que escogimos para hospedarnos en nuestra escapada a Porto

Cuando planificamos un viaje, escoger el hotel , para mi, no es lo de menos, sino ¡lo de más! 

Hay mucha gente que piensa, total, para el tiempo que llegas a pasar en la habitación... ¡que más da! Pues a mi si que me da. Para mi es importante sentirme agusto, como en casa, aunque el tiempo que pase dentro del hotel sea escaso. 

El criterio de búsqueda esta vez encima era diferente. Ya no sólo buscaba un sitio que fuese confortable, sino que además quería que fuese un sitio con alma, con algo especial, que lo hiciese diferente a los demás...

Y en cuanto vi las fotos y los comentarios acerca de Mercador Guest House supe, que había encontrado precisamente lo que estaba buscando.

Fotografía: Mercador Guest House



Nada más llegar, nos recibió su propietaria, Sofía. Una mujer encantadora que se nota que se preocupa y cuida al máximo todos los detalles (¡como yo!). Lo primero que nos dijo fue que quería que nos sintiesemos como en casa. Y verdaderamente, así fue.

Jarrones con flores en la entrada del hotel
Nos condujo hacía una pequeña sala donde nos ofreció una copa de vino de Porto y nos sacó un mapa donde nos señaló y recomendó sitios interesantes para visitar en la ciudad. 


Asimismo, nos explicó un poco la historia del hotel. 

Históricamente, Portugal siempre ha sido una tierra de grandes comerciantes y navegantes, de ahí el nombre del hotel, Mercador

Nos comentó también que el hotel era una antigua casa restaurada y que habían intentado mantener en la medida de lo posible, la esencia de su historia y personalidad. Por eso, no tiene ascensor. Porque han querido conservar una preciosa escalera en forma de caracol que recorre el edificio de arriba a bajo.



Otra de las particularidades de la casa es que cada habitación tiene una temática relacionada con la historia comercial portuguesa. Nosotros estábamos alojados en la habitación Cabo Verde, isla del continente africano descubierta por los portugueses en el siglo XV.

El salón donde se servía el desayuno, era una estancia un tanto pequeña pero muy acogedora, decorada con un gusto éxquisito y con un encanto especial. 

Fotografía: Mercador Guest House

Y lo que más me gustó de todo: el desayuno era casero. El olor de los dulces de huevo (manjar típico de Portugal) haciéndose en el horno llegaba hasta las habitaciones, ¡y eso que nosotros estábamos alojados en la última planta del edificio! Y que decir de la quiche, ¡estaba para chuparse los dedos!


Una de las cosas que más me encandilo también fue la ubicación del hotel. A parte de que puedes llegar caminando a todos los puntos de interés, estábamos situados en medio del denominado barrio del Arte. Sin duda, ¡un deleite para mis sentidos! 

Además, Sofía nos contó que cada dos meses, todos los locales del barrio (tiendas, galerías de arte...), abren sus puertas a la calle y preparan un evento especial de promoción y entretenimiento con dj's tocando en directo, comida y bebida gratis... ¡Y justo, coincidimos con este evento! ¡Qué suerte la nuestra!







¿Qué os ha parecido? ¡Espero que os haya gustado tanto como a mi!

Un besote,
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